De '03 a '06 no hiciste otra cosa que no fuera criticar al estratega en turno de la Selección; no hace falta decir su nombre.
Siempre supiste cuando hablar, vamos, tu mejor cualidad es ser el protagonista. Si México empataba, una declaración tuya aparecía en los periódicos; si México perdía, eras noticia en medios televisivos especializados; y en las conferencias de prensa, aprovechabas el espacio para autonombrarte candidato a dirigir el Tri.
Por si esto fuera poco, el tiempo parecía darte la razón.
En '04 el equipo al que dirigías, los Pumas, desplegaron un estilo de juego impresionante, vistoso, ofensivo, y contundente. Tres de los jugadores de tu cuadro titular, lo eran también en la Selección (Lozano, Pineda, Fonseca). La lógica decía que estabas alcanzando la madurez como director técnico, tanto así que ese mismo año conseguiste lo que nunca había logrado ningún equipo en torneos cortos, el bicampeonato.
Tu ego se fue a los cielos, y no era para menos, sin embargo, siendo una figura tan importante en el medio, no sólo por el momento, sino históricamente, no debiste perder el piso.
A partir de ese momento tus críticas empezaron a subir de tono. Aunque tu rival no contestara, le tirabas piedra tras piedra. Tenías tanta fuerza en los medios que lograste que la afición llegara a odiar al estratega del Tri, hasta el grado de llegar a escuchar el grito en las tribunas "¡Hugo, Hugo!", al unísono, cada vez que la Selección no ganaba.
A mí no se me olvida esa frase que dijiste por ahí del '05: "Si quieren ser campeones del mundo, ya saben mi número".
Pasó el tiempo, y el estratega al frente la Selección fracasó en el mundial de Alemania '06; estaba más que claro que su proceso no tendría continuidad. Entonces llegó la hora de la verdad, y la FMF te designó como el nuevo director técnico de la Selección.
El debut estaba en un marco inmejorable, un partido amistoso contra los Estados Unidos. Cuál encuentro mejor que este para demostrar la maestría, una victoria contra el acérrimo rival. Pero la suerte no te sonrió, el Tri jugó de manera desastrosa, y caíste 0-2.
Tiempo después tú y Bob Bradley volvieron a verse las caras en otro cotejo amistoso, el día que se estrenó esa jersey 3/4, fabricada sólo porque así lo quisiste; mismo encuentro que acabó siendo uno de los últimos dos del Tano con la Selección, por cierto. Debo admitir que tu estilo de juego no es el que más me gusta, pero ese día me deslumbraste. Si hay algo que me gusta de una persona cuando no tengo empatía con ella, es que me cierre la boca; y ese día realmente pensé que empezabas a hacerlo. Sin embargo esta vez tampoco pudiste, pero mejoraste, un empate a dos no sabía tan mal.
Ese mismo año disputaste un primer torneo importante, la Copa Oro '07. La verdad es que tu futbol apenas alcanzó. No pudiste ganar un sólo partido por más de un gol, y en todos los encuentros sufriste para conseguir la victoria; perdiste contra Honduras en la fase de grupos, en los cuartos de final Costa Rica te mandó hasta los tiempos extras, y en las semifinales Pavel Pardo te salvó con un golazo. Pero llegaste a la final.
El destino parecía no cansarse de darte oportunidades en bandeja de plata –o quizá esta vez de oro–, y entonces te puso frente a los Estados Unidos una vez más –jamás imaginaste que sería la última–, pero ahora en la final del torneo que otorgaba el pase para ir a jugar la Copa FIFA Confederaciones en Sudáfrica.
Empezaste muy bien, ganando, con ese desborde inolvidable de Nery Castillo por la banda derecha, y con Guardado cerrando la pinza por el centro. Pero no fue suficiente, el equipo de Bradley te dio la vuelta, y volviste a caer.
Tu proceso apenas empezaba y ya había problemas en el vestidor, tanto así, que tres de los jugadores más importantes de la Selección (Salcido, Pardo y Osorio) decidieron desertar, con la Copa América '07 en puerta.
A pesar de eso, diste cachetada con guante blanco. El Tri parecía renovado después de haber perdido contra Estados Unidos, no por los jugadores sustituidos, sino por la manera en que jugaba. Conseguiste avanzar en primer lugar de grupo, por encima de Brasil, contra quien diste un buen partido; en los cuartos de final anulaste a Paraguay; en las semifinales fue donde se te acabó el encanto, y Argentina hizo pedazos al Tri. Sin embargo supiste reponerte venciendo a Uruguay para conseguir el tercer lugar del certamen.
Todo iba bien hasta ahí, el rendimiento no era el óptimo, aunque apuntaba en esa dirección.
Pero una vez más tu sed de protagonismo te llevó al error, y esta vez no hubo manera de salvarte. Con los Juegos Olímpicos de Beijing '08 en puerta, la Selección sub-23 debía disputar las eliminatorias de la zona para conseguir el pase a dicho evento. Como las cosas no iban mal, y esa generación de futbolistas traía la etiqueta de campeona, quizá pensaste que no habría dificultad en dirigirla y conseguir el boleto.
Pero las cosas se complicaron, tu nuevo equipo no pudo contra Canadá y sólo les arrancó el empate, para el segundo encuentro cayó ante Guatemala; era matar o morir contra Haití. Entonces, como Guatemala tenía el pase a las semifinales en la bolsa, decidió aflojar, ayudando considerablemente a Canadá, y poniéndote las cosas ahora sí que en chino; no había de otra más que vapulear a los haitianos. Necesitabas cinco goles, y los metiste, pero ellos te metieron uno, y tus pupilos perdieron la cabeza. Con el marcador 5-1 a favor, el Tri tocó y tocó la puerta, el problema es que nunca se dio cuenta que estaba abierta. Villaluz falló un penal que significaba la sentencia de los Canadienses, Landín y Fernández se cansaron de volarla; de hecho eso marcó la carrera de este último, jamás volvió a brillar. Al final, conseguiste la victoria, pero te quedaste en el camino.
Eso fue el acabose para la FMF, y con la eliminatoria para Sudáfrica '10 a la vuelta de la esquina, decidieron no arriesgarse y llamar a alguien de más experiencia. Sólo esperaron a que cumplieras con un partido amistoso que ya estaba pactado, y entonces te dijeron adiós; tu despedida fue contra Ghana.
En cuanto dejaste las riendas del Tri atacaste de nuevo, pero ahora contra la misma FMF, incluso en una entrevista mandaste un mensaje para el nuevo director técnico de la Selección, Sven Göran Eriksson: que se cuide.
Después guardaste silencio durante dos años porque la gente se había cansado un poco de ti, y porque tu rival estaba dirigiendo en México, mientras tú lo hacías en España; no había nada que decir, estabas ganando.
En '10 arremetiste de la nada nuevamente contra la FMF. Y el domingo hiciste un comentario digno de ti: "No quiero influir en la encuesta, pero sólo ha ganado un título en México y fue en el siglo pasado".
Qué triste, valerte del trabajo de los demás para hacerte propaganda. Quizá esta vez hablaste para ponerle un poco de sabor al partido, o quizá es porque tu rival está dirigiendo a una Selección Nacional y tú no tienes trabajo.
Yo te doy toda la razón del mundo, eres el único en haber conseguido un bicampeonato como director técnico con el mismo equipo en el futbol mexicano, tienes un título de Campeón de Campeones, le ganaste al Real Madrid en su casa por el Trofeo Santiago Bernabéu, y conseguiste el Trofeo Lagarto de Jaén con el Almería –aunque éste sólo ha tenido una edición–.
Es por eso mismo que no entiendo por qué le tienes tanto coraje a tu rival, después de todo lo único en lo que él te supera es en el ámbito de la Selección Mexicana. Él ganó la Copa Oro '03, calificó a la Selección sub-23 a los Juegos Olímpicos de Atenas '04 –y ahí fracasó–, fue a la Copa FIFA Confederaciones '05, y llevó al Tri al mundial de Alemania '06, completando su proceso al frente de la Selección; pero es lo único en lo que te supera.
Porque incluso como futbolistas tú le ganas. Asististe a tres mundiales –claro que él sólo fue a uno y sin jugar salió campeón–, fuiste nombrado como uno de los mejores jugadores extranjeros en España, eres el jugador #26 de los mejores 100 del mundo en el siglo pasado, ganaste el Premio Pichichi cinco veces, eres el segundo máximo goleador de la historia de la Primera División Española. Hasta en esa ocasión que te retó en C.U. por allá del '79 lo superaste, le anotaste los tres penales.
Entonces, ¿por qué lo odias tanto?