10/3/14

11

Soy como Mauro Camoranesi en el '04, año en el que por cuestiones cíclicas, los extremos regresaron al futbol como una moda internacional. Robben, Cesc, Chelito, Cristiano, Messi, Maxi Rodríguez, Ramoncito Morales, el Cabrito, Heinz, Ji-Sung Park, Walcott, todos, con el número o no, acabaron haciendo labores de extremo por la banda que fuera. Yo tampoco traigo el '11' en la espalda, mi posición es nominal.

Andaba jugando lejos de mi cancha, en otra, de visitante, y jugué poco, pero lo hice muy bien. Perdimos el partido, sin embargo esa no es la razón de mi regreso, es simplemente un movimiento natural. Allá pasé la mayor parte del tiempo en la banca, y acá, aunque no aparezca mucho, estoy ahí; en los rincones del campo. Y no es que me ande escondiendo, aunque así parezca, sino que por ahora mi juego no es necesario en todo el terreno, sólo cuando haya que hacer jugadas frontales, y desbordar la cancha en un contragolpe, que para eso también tengo habilidad.

Pero no se confundan, no ando fuera de ritmo, nada más estoy jugando en una posición diferente a la habitual. Una menos requerida, pero pieza clave a la hora de hacer los goles. El hecho de que permanezca la mayor parte del tiempo solo, aún teniendo el balón, no significa que ya no esté conectado con el equipo. Sino que por el momento mi técnica individual está en un punto muy alto, como para ser desperdiciada; por eso la estoy explotando.