31/10/12

Del terror

Hay una posibilidad enorme de perder el clásico, este sábado. La razón: 'Chiquimarco' será el arbitro. Gracias (con tono 'Barbie Guía' en Toy Story 2).

29/10/12

No preguntes

Zule es una de mis compañeras en la oficina. Ella es quien se encarga de entregarnos el calendario de guardias cada mes. En teoría las guardias ya están asignadas casi por defecto, es decir, hay un patrón que se repite hasta que alguien de nosotros solicite un cambio, salga de vacaciones, pida algún permiso, etcétera. A Zule siempre le toca hacer sus guardias después de mí.

A finales de septiembre, mientras nos poníamos de acuerdo con las guardias de octubre —en la que hicimos una ola de cambios en el orden, debido a compromisos que cada quien tenía que atender— ella me regañó:

—¿Todos están de acuerdo con los días que les tocaron?
—Sí— respondimos todos.
—¿Y tú Luis? ¿No interfieren las guardas con la boda?
—No, están bien. Yo nomás voy a cambiar si algún día de esos juega la Selección.
—¡Ay, por favor! ¿Es en serio?
—¿Qué tiene?
—Pues por las cosas que prefieres cambiar guardias; por un partido de futbol. Debes de priorizar los eventos importantes.
—Pues cada quién, ¿no?
—Pues si a mí me toca uno de esos días, yo no te la voy a cambiar.

Esa mañana decidí no volver a hacer un cambio con ella, a menos que me lo solicitara, después de todo, no tengo inconvenientes. 

Esa misma semana, La Raya jugaba contra Municipal el día de mi guardia. Obviamente no hice ningún comentario al respecto, y me resigné a no ver el juego. Un día antes, Zule me pidió cambiar de turno porque tenía cita con el dentista. El mes siguiente, una de mis guardias cayó en el día que se jugaba la jornada 11 del futbol mexicano; "Tengo cita con el dentista otra vez, ¿me cambias?".

La semana pasada me di cuenta que el partido pendiente de la fecha 13 contra Toluca, se juega el día que me toca guardia. Hace cinco minutos, Zule vino a pedirme que cambiemos turnos otra vez; no me dijo por qué. Estoy tentado a preguntarle, pero estoy seguro que si lo hago, voy a ahuyentar mi suerte en ese sentido.

Lo raro de esto, es que a ella no le gusta el futbol, tiene novio, y es 13 años mayor que yo. Sólo es una excelente coincidencia.

Goya

Si las transmisiones de 'Futbol Picante' fueran capítulos, el de anoche podría haberse titulado como 'El drama de Joserra'.

Mario Carrillo ha dejado en claro que actualmente se encuentra en el camino equivocado, futbolísticamente hablando. Primero lo puso de manifiesto en sus 'análisis', mientras trabajó en ESPN. Ahora lo demostró con creces en el terreno de juego.

Cuando la directiva Puma tomó la decisión de cesar a Joaquín del Olmo, uno de los argumentos extraoficiales, era que durante seis fechas, el equipo auriazul nunca reflejó en el terreno de juego ningún tipo de estilo. Yo difiero, incluso no me queda claro cuál era la idea futbolística que buscaba imprimir Carrillo cuando llegó al banquillo de la UNAM. Lo único que vi fue cuán similares son él y el Vasco en términos de alinear a quien realmente debe estar en la cancha. Quizá ellos vieron cosas que nosotros jamás veremos.

Lo que más me entristece de toda esta situación, es que 'Capello' seguramente volverá a la mesa de 'Futbol Picante'.

27/10/12

¿Es en serio?

–Buenas.
–Buenas tardes. ¿Le puedo ayudar en algo?
–Sí. ¿Tienen el jersey de los Rayados?
–¿De Monterrey?

Qué, ¿a poco conoces otros? No le partí la madre nomás porque estoy re pendejo para pelear.

22/10/12

1997: Verano

Todo empezó un sábado 17 de mayo de 1997; y vaya que empezó tarde. En aquellos años acostumbrábamos ir cada sábado a casa de una de mis tías, en Valle Dorado —se reunían a jugar 'Continental', y echarse una que otra bebida—. Yo me pasaba la tarde jugando con mi primo y sus vecinos; en esa calle jugué futbol por primera vez.

Recuerdo que esa tarde jugábamos una serie de penales: "al que le metan cinco, queda eliminado". Mi equipo en esa época era el Necaxa, porque ahí jugaban mis dos ídolos de la selección —el único equipo de futbol al que había visto jugar, y sólo unos minutos—, Adolfo Ríos y Luis Hernández. Así es que en cada tiro penal que ejecutaba, yo era El Matador, y cuando paraba era Ríos. Mientras disputábamos esas significativas eliminatorias, los vecinos de mi primo y él, hablaban del América, equipo que no hacía eco en mi cabeza tanto, como ahora. "Ya casi va a empezar el partido, hay que apurarnos", decían. En mi vida había visto un partido de futbol completo.

"Ya es hora. Vámonos, al rato le seguimos", dijo uno de los vecinos, el más pequeño de edad, y el mejor de todos nosotros: Ray. Entramos a la casa del Bebo, y el televisor nos aguardaba con la transmisión de Televisa. Mis ahora amigos, no hablaban de otro jugador que no fuera Luis García, hombre completamente desconocido para mí hasta ese momento. "¿Quién es ése?", se me ocurrió preguntar. "¿No sabes quién es Luis García? No manches. ¿De dónde sacaste a tu primo, Raúl?" No volví a decir una palabra en todo el partido.

Ninguno de ellos 'le iba' al América, pero aquella tarde todos estaban con Luis García, el ídolo de México en esos días. Las Águilas anotaron primero, de penal; podría jurar —y nunca pensé decir esto— que es el único gol que recuerdo haber visto sin sentir absolutamente nada. "Y fue de Luis García", dijeron con emoción todos mis nuevos amigos.

De los vecinos de mi primo, como en cada cuadra del mundo, uno de los niños que conformaban esa 'palomilla', era mayor que todos por dos años, aproximadamente. Todas las dudas en materia de resultados, posiciones en la tabla, marcadores globales, etc., recaían sobre él. Aquél partido ya era 'la vuelta', por lo que preguntaron: "Pedro, ¿y cómo van en el global?" "Uno, uno", respondió el hombre sabio de 11 años de edad; y después explicó el por qué. Ahora lo entiendo perfectamente, pero recuerdo que aquél día sólo podía escuchar palabras que parecían de otro idioma, y era tan fácil como: "se suman los goles de los dos partidos".

En fin, la tarde fue mucho más corta de lo que esperaba. Antes del medio tiempo, Claudinho anotó el empate, y la verdad es que no lo recuerdo, pero casi estoy seguro de que se fue a festejar con su hijo, detrás de la portería (esa es para ti, Lara). Ya en el segundo tiempo, Jafet Soto marcó el segundo para los Canarios. Todas las jóvenes caras eran de desilusión, menos la mía, que se acercaba más a un gesto de aburrimiento. "Ya vámonos a jugar, ya no los van a alcanzar", dijo Ray. Pedro respondió molesto que esperara; no sé si fue porque el América perdía, o porque sabía que la verdad era esa: empatar el global estaba complicado.

Durante toda la transmisión me llamó la atención un jugador, un tal 'Chícharo'. Y no por su calidad —misma que a esa edad ni siquiera habría podido distinguir—, sino por su apodo. Fue precisamente él quien puso el pase para el tercer gol, y la sepultura para las Águilas. Resulta que es el padre del último gran héroe mexicano en materia de futbol.

Algo pasó en mí esa tarde. De repente sentí ganas de ver los partidos del equipo en el que jugaban mis ídolos. El Necaxa también estaba en la liguilla, así que tenía oportunidad de seguirlos. Pero los vi hasta que jugaron las semifinales, contra el emblemático Toros Neza de Enrique Meza, Mohamed, el 'Pony' Ruiz, Lussenhoff, Larios, y compañía. No vi la ida. La vuelta fue en el Neza 86. Lo único que recuerdo es que los de casa se llevaron el triunfo, y como buen niño, estaba dispuesto a alentar a cualquier equipo que enfrentara Toros Neza, con tal de que perdieran el campeonato. Y así fue, aquella final de verano fui Chiva por unas semanas.

(En aquél Chiverío militaban jugadores de la talla de Ramón Ramírez, Alberto Coyote, Claudio Suárez, el 'Tiburón', entre otros. Todos ellos dirigidos por el 'Tuca' Ferreti).

Mis recuerdos de aquella final en la ida, son prácticamente una imagen borrosa, algo así como una de las mejores portadas de discos que he visto en mi vida. Pero la vuelta fue inolvidable. Sólo esperaba que las Chivas ganaran el partido, como fuera. Nunca esperé ver una cantidad tan holgada de goles en un solo encuentro: siete. Seis del Club Guadalajara y uno de Toros Neza. Cuatro de esos goles fueron cortesía de Gustavo Nápoles, es por eso que nunca olvidaré su característico festejo de imitar a un gusano sobre el pasto.

Jamás imaginé que ese domingo tuviera tal impacto en mi vida.



9/10/12

Gol

This is definitely me right now:


"Me reencontré con el gol, y me voy con él de luna de miel. No me importa nada".

3/10/12

En el aire

Una disculpa por si alguien estaba esperando la publicación de algún post en estos días. Lo que pasa es que Luis se reencontró consigo mismo, y aún sigue en su luna de miel.

Por lo pronto, aquí les dejamos sus últimas impresiones, desde la última vez que habló con nosotros:

"Para los que ya dudábamos de la credibilidad del periodista José Ramón Fernández, el lunes 16 de septiembre durante la transmisión de Futbol Picante, confirmamos nuestras creencias. Su análisis sobre el partido Pumas Vs. San Luis, fue un texto de justificación a los errores tanto de Mario Carrillo, como del accionar en el equipo de sus amores. Todo quedó de manifiesto cuando Ángel García Toraño expuso argumentos válidos y claros al respecto de por qué los felinos habían perdido el encuentro. Fernández nuevamente salió en defensa de los auriazules; Toraño contestó: entonces si el América pierde es porque cometió errores, pero si los Pumas pierden es porque el rival hizo bien las cosas. José Ramón sólo evadió el cuestionamiento y mandó a un corte comercial".

"ESPN México empieza a ser predecible en su discurso. La incursión del periodista Ignacio Suárez en los programas de análisis futbolístico, pareciera  ser un intento forzado por buscar un reemplazo de Carlos Albert, quien al momento de exponer sus ideas, a pesar de dejarse llevar por sus emociones, siempre respaldaba sus puntos con argumentos. Por cierto, la incursión de Roberto Gómez Junco a esa mesa, es un golazo. Señor José Ramón Fernández, mejor póngase leer un poco sobre el futbol actual, porque sus compañeros cada vez lo hacen ver peor, involuntariamente. Recuerde que no todo es Real Madrid , Barcelona, y el futbol de época"

"...y nos volvemos a encontrar, Perro".