22/2/12

Por eso de las dudas

Aclaro: yo estoy del lado del Perro, sin embargo, esos no son mis colores, e independientemente de eso, cuando se trata de evaluar el funcionamiento del equipo tijuanense, no me dejo llevar por la calentura.

Entonces, honestamente el Perro no está jugando como su afición quisiera, o como su afición dice/afirma/cree que juega. El equipo de Mohamed juega al resultado, sin ser espectacular ni mucho menos; todo está en el parado. Cuando el Turco llegó a la frontera su estilo era una incógnita, la mayoría de nosotros pensamos que su arribo había sido un error, y que su propuesta sería menos vistosa y efectiva que la de Del Olmo.

Tuvimos razón a medias. El estilo de juego implemetando por Antonio Mohamed en el Club Tijuana cumplió con ambos calificativos en los ocho encuentros dirigidos el torneo anterior, quizá el que menos se acerca a esto sea el de la fecha 11 ante Tigres, pero después de ese vino el repunte.

Ahora, en las siete jornadas disputadas en el presente torneo, el equipo de Tijuana ha dado muestra de que sus 15 horas como líder del certamen fueron una vaga ilusión, y que su fuerte inicio en esta campaña se debió a una combinación de factores externos.

En la primera fecha, la escuadra de la frontera empató con Monarcas, quien ahora se sitúa en la segunda posición general; le ganó a La Raya, que arrancó de manera incierta; venció a Chivas, pero a esas todos les pegan. Y a partir de ahí le han hecho ver su suerte: perdió con Santos en casa de manera contundente; no pudo con Puebla, que si bien no tiene los puntos merecidos, su desempeño en la cancha es aceptable; después el Xolo empató con la Máquina a cero en el Caliente; y por último, venció a Querétaro, equipo que arrastra una caída en su nivel de juego.

No niego en lo absoluto el trabajo realizado por el Perro y su gente –en términos deportivos–, Mohamed llegó para salvar al Club Tijuana del descenso, no para hacerlo jugar como la Naranja Mecánica, y está a 12 puntos de conseguirlo.

Sin embargo aún me parece inquietante lo que sucede cada fin de semana con algunos elementos rojinegros. Como Fernando Arce, pareciera que ya no quiere defender esos colores. Lo han amonestado en todos los partidos que ha disputado su equipo, salvo en la fecha 6, cuando estuvo suspendido precisamente por acumular cinco tarjetas amarillas. Y qué pasa cada vez que patea al arco, es como si fallara a propósito, para ejemplo vean la repetición en el gol de Sand frente a Gallos; semejante rebanón el de Arce.

Otro es Riascos. Si al principio dije que su contratación era atinada, ahora me retracto. El colombiano patea en ocasiones de manera vergonzosa; y qué tal sus gestos cuando es amonestado, parece que va a llorar. Además, Duvier no hace otra cosa que enfilar al área con la vista al suelo, sin soltar el balón, para después patear a gol, en lugar de asistir a compañeros con mejor oportunidad.

En fin, a lo que voy es que el Perro no juega de manera espectacular –ni siquiera está diseñado para eso–, pero su afición (villamelones en su mayoría), no está consciente de ello, porque no sabe de futbol. A pesar de que Tijuana gira en torno al Perro, la gente llena el Caliente porque ahora está de moda "ir a ver a los Xolos". El Tijuanense, o el bajacaliforniano mismo, aún está verde en términos de cómo alentar a su equipo, para muestra, la actitud mostrada por los espectadores en el partido frente a Santos (derrota en contra de 1-3); o las cinco porras formadas en favor del Club Tijuana; luego les explico a dónde va este último comentario.

No hay comentarios: